jueves, 5 de agosto de 2010

Ser informático es una puta mierda

Ser informático es una puta mierda, según mi punto de vista y experiencia por supuesto.

La educación en España está orientada a ‘salir del paso’ y ‘aprueba como puedas’. Terminas la E.S.O. con unos conocimientos básicos de todo o de nada, según se mire, y te preguntan qué Bachillerato quieres hacer. Comúnmente, y sin ánimo de ofender, tienes los fáciles (letras, arte y humanidades) o el de Ciencias. Familia y sociedad te inculcan que el de Ciencias tiene más salidas profesionales y que si has ido aprobando sin problemas y siendo buen estudiante, esa es la mejor opción (¡y una mierda!). Se supone que también debes de ir pensando que quieres estudiar, basándote en las asignaturas que más te gusten supongo. ¿A quién coño le gustan las asignaturas? Yo estaba deseando ir al patio a jugar o a Educación Física, porque aunque el INEF siga en pie, la Gimnasia del Colegio e Instituto, sirve para despejarte y darte un paseo por el patio, nada más. Nos usaron de conejillos de indias, proponiendo Tecnología como materia también, y no estaba mal cacharrear con las sierras, encolar la mano de algún compañero y en definitiva no hacer un carajo durante la hora de clase. Por otro lado, asignaturas como Tutoría, Religión o Ética tampoco estaban mal, porque se resumían en no hacer nada, charlar, intentar ligar con tu amiguita de clase o eran horas opcionales, si optabas por las pellas. Aún importándote una puta mierda las matemáticas y la lengua castellana, apruebas todo, porque España es una feria. No me considero extremadamente inteligente, pero si lo suficiente para aprobar y tener vida social al mismo tiempo. Después terminas Bachillerato y haces Selectividad. Muy bien chavalote, has aprobado y ¿ahora qué? Te dan un papel de fumar gigantesco con todas las carreras que existen y te hacen elegir. Has suspendido matemáticas, física y química en Selectividad, pero esto sigue siendo un cachondeo, porque la media te sirve (gracias a las broma del examen de inglés y la media del Bachillerato) y puedes elegir y tener acceso a la Universidad. Las ingenierías son muy duras hijo, pero tienen muchas salidas. Entonces un chico de 18 años con la cabeza en los fines de semana y la chica de turno, pues elige un poco a ciegas una ingeniería que no sea de las más difíciles. Has visto muchas películas estadounidenses de mediados de los 80 y crees que la informática, será hackear las cuentas secretas de la CIA y arreglar el microondas de tu casa (fallo #1, no tocarás un ordena y aún así los empezarás a odiar con toda tu alma). Ingeniería Técnica en Informática de Sistemas…uauhhhhhh, ¡que bien suena! Pues ciego de ti, te decides a entrar en el mundo virtual, mientras tu amigo se mete en Enfermería y se folla a media clase. Empiezas el primer día con ilusión (fallo #2, cuanto mejor creas que va a ser, mayor ostia te vas a dar al darte cuenta de la puta realidad) y al mismo tiempo te das cuenta que en esa clase de 120 alumnos hay 4 chicas, de las cuales una es lesbiana, otra tiene bigote y otra con novio. ¡Bien queda una normal! No, porque es más lista que tú y abandona a mitad de curso, para meterse a ADE o a alguna mierda de esas. Que conste que mi vida universitaria ha sido personalmente muy buena y volvería a hacer 5 carreras más (con sus respectivos Erasmus). Pero académicamente ha sido una puta pérdida de tiempo. El primer año estudias basura que no sirve ni para tomar por culo, pero le das una oportunidad porque todas las ingenierías son duras al principio (plass, fallo #3 el nivel de asquerosidad sube exponencialmente a lo largo de los cursos). Luego te empiezas a dar cuenta de que todo es una jodida mentira, compiladores, líneas de código, lenguajes de programación, redes y toda su puta madre. De verdad, me lo pasaba genial programando en un puto laboratorio lleno de frikis, mientras los de Ambientales se iban de excursión al campo en un día soleado de Mayo. Ves como el segundo año abandona el 50% de la gente que había entrado, pero estúpido de ti, como has aprobado un número razonable de asignaturas, decides no tirar un año por la borda (fallo #4…es mejor tirar 5 estudiando y luego tu vida programando ¿a que si?). El tercer año abandona otro 30% y te das cuenta que han sido los 4 frikis que se veían de lejos los que se han sacado la carrera en los 3 años. Sigues aprobando, pero empiezas a odiar cada día más lo que estás estudiando y dices ¡bueno, es mejor acabar y luego ya veremos! (fallo #5 ¿acabar algo que no te gusta? ¿tiene eso algún sentido?). Sin motivación alguna vas aprobando las asignaturas y se te van hinchando los cojones al ver que eso no lleva a ninguna parte. Tienes asignaturas de libre elección, que por asco y cansancio a la informática, decido sacarlas de contexto, matriculándote en idiomas o demás historias. Lo realmente divertido es que no tienes ni puta idea de nada y estas a punto de acabar la dichosa diplomatura, sin haber tocado apenas un PC. Era curioso también, la ausencia total a las clases impartidas de la mayoría de las asignaturas, y con apuntes de a saber quién, ibas más o menos a pelo al examen y aprobabas. La media para terminar las técnicas de informática es unos 5 años, y tiene bastante mérito entrar en dicha estadística con el aliciente de que te interesa un cojón. Terminas y ves que hay dos tipos de diplomados: los realmente apasionados por el mundo binario que optan por entrar en la superior o empezar a programar como desgraciados en cualquier empresa que les pague 4 duros, y los arrepentidos como yo que se plantean por qué cojones hemos sido tan gilipollas de llegar a ese punto. En cierto modo, me siento orgulloso al ver que he terminado y alguno de los frikis que ya hablan con la gente en C++, siguen puteados con teoría de autómatas o inteligencia artificial. Todos aquellos con los pelos largos y perilla que tenían aquella asociación en los sótanos de la uni y que estaban a la última de las actualizaciones de las nuevas interfaces del puto Linux, siguen ahí, mientras yo soy ingeniero ¡que bien! Fallo #10.000 ser ingeniero no es guay, y de informática menos aún. Sigo usando Windows y lo único que tengo en mi portátil es música y fotos de mis noches de borrachera, no he programado ni una triste línea de código si no hay sido obligado por la universidad y lo que menos se me pasaría por la cabeza es llegar a casa e informarme de lo último en ingeniería del software. En la película ‘El año de la garrapata’, que recomiendo que veáis, el protagonista según acaba la carrera se pregunta ¿Y AHORA, QUÉ? Pues yo te respondo amigo mío. Ahora viene la explosión de la bola de mierda que has ido generando estos últimos 5 años, es decir, estás jodido. Sería egoísta decir que siendo ingeniero, no hay salidas laborales, porque habiendo crisis o lo que sea, ingenieros pardillos que quieran colaborar al mundo autista se buscan a millares. Lo único bueno es que trabajo en este sector nunca falta (¿lo único bueno?, ¿a quién huevos le gusta trabajar?). Lo siento por aquellos hippies que estudiaron Biológicas o Filología Rumana y que esperaban salir y besar el santo, eso solo lo hacen los ingenieros o médicos, lo siento. Para el que se quiera dejar la puta vista durante toda su jodida existencia delante de una pantalla, esto es cojonudo, pero para el que no tenía nada que hacer y decidió estudiar por estudiar, ahora es cuando viene lo gracioso y te echas unas risas. En las entrevistas te das cuenta que no sabes de qué coño te hablan, tecnología I+D, BI, javascript, las nuevas API, joder tío que hablamos el mismo idioma y no pillo una. Aún así, no tuve que esperar ni un mes para empezar a trabajar en el interesante mundo de las bases de datos. Yeahhhh, mi ilusión desde pequeño había sido pasar 8 horas delante de una computadora, metiendo datos y programando en SQL. Gracias Dios mío, de verdad, ¿a quién no le gustan los bucles For anidados y los errores de sintaxis? Llegas a casa y ya no tienes ganas ni de entrar a guarrear al MSN o al Facebook, de verdad que asco de curro. Bueno, pero después de todo eres ingeniero, ¿qué más quieres?....pues un puto chiringuito en una playa de Ibiza no estaría mal, no te jode.

lunes, 12 de abril de 2010

La Zona Sur, ese lugar maravilloso

Intentaré reflejar el dia a dia que deben sufrir algunos adolescentes en una de las zonas más bonitas de toda la geografía española, La Zona Sur de Madrid. Para la gente del centro, todo esto le resultara bastante familiar, y para la gente de fuera, puede que hallan oido hablar de algunos de estos lugares en algún telediario o en la parte de sucesos de algún periódico. Los nombres de las personas que utilizaré serán ficticios y cualquier parecido con la realidad será mera y puta casualidad.

Y es que Madrid tiene sitios y sitios, donde la diferencia cultural y racional es verdaderamente abismal. No se sabe, porqué extraña razón, en el Norte se asientan los ricos, el dinero y la pijeria, vease Escandinavia, EEUU, Norte de Italia....y en Madrid no ibamos a ser menos, concentrando a esta gentecilla posh en ciudades como El Escorial, Majadahonda, Pozuelo, Villalba...Pero poco puedo contar de esa forma de vida, porque mi barrio se acercaba más a los poblados chabolistas y a la cruda realidad de la clase obrera. Entonces, empecemos a hablar sobre los núcleos urbanos donde las navajas son nuestras amigas y la cárcel una pensión gratuita.

Estas bonitas ciudades y áreas vecinales, no brillan por sus infraestructuras o por su turismo, ni tampoco donde viva David Beckham, ni George Clooney, estas zonas están hechas para la gente con dos pelotas. Me refiero a micromundos como Leganés, Bronxtoles, Alcorcón (la ciudad sin ley) y Fuenlabrada. Getafe no debe ser nombrada, porque desde que tienen su equipo en 1a estan muy gallitos y han perdido sus origenes quinquilleros.

Hablemos pues, de sus rasgos comunes:

-El parque: donde en Paris o Roma podrian ser sinónimos de naturaleza, paz y tranquilidad, en el Sur es territorio conflictivo. Detras de los árboles, se encuentran malabaristas de armas esperando a que algún gafotas despistado cruce el parque. Los bancos(donde evidentemente el asiento es para los pies y nos sentamos en el respaldo) parecen barras de bar por las litronas que los cubren y los jóvenes botelloneros. Los valientes aún pasean con sus perros por estos sitios, pero revindican su uso apropiado, dejando que su Pitt Bull (en Leganés no tenemos mariconadas de Yorksais) haga sus necesidades en el césped o en el centro del carril bici. Las cortezas de los pinos no tienen el tipico corazon de cupido, sino un 'Aquí fallecio Juan por una deuda de 200 pesetas' o 'Hago mamadas gratis, llámame xxxxxxxxx'. y es que a las prostitutas les encantan los parques como oficina y a sus clientes esparcir los condones usados como hobby.

-Ocio nocturno. La zona de arriba de Móstoles, el polígono Urtinsa de Alcorcón o la famosa Cubierta de Leganés. Áreas que nada tienen que envidiar a un motin en una cárcel de Tijuana. Todo tipo de tribus urbanas se amontonan y tienen sus pequeños roces en las inmediacciones. Con pequeños roces me refiero a toda clase de batallas campales, atracos, destrucción de mobiliario urbano y desorden público. Nada recomendable dejar el coche cerca de estos lugares y menos con los retrovisores muy a la vista. Tampoco es raro ver coches tunning bakalaeros con la música a todo trapo y sus ocupantes (mitad de ellos narcotraficantes y la otra mitad con coeficientes intelectuales al borde del subnormalismo) poniendose tibios a JB y a unos polvos blancos muy raros. La Cubierta por ejemplo alberga conciertos y macrofiestas de diversa indole; cuando son techno-pastis la visita de los antidisturbios está asegurada, y cuando es para chorradas tipo 40 principales, los tirones de bolso son deporte local.

-Chavalitos muy amables que te preguntan si tienes un piti. Suelen ser gitanillos con anillos y cordones de oro o payos arrepentidos imitándoles, que de forma descarada te preguntan por un euro, el móvil, el reloj o incluso (esto ha pasado y no es coña) el abrigo o las zapatillas. Cuando tienes 25 años esta gente te da entre risa y pena, pero cuando eres un pringadete de 14 años sin mucha experiencia en 'la calle', eres carne de cañón. Para sus padres lo que ellos hacen son chiquilladas, pero si no recuerdo mal en el código penal esto está definido como delitos.

-Infraestructuras terrorificas como Metrosur. Primero, ¿por qué viviendo en Leganés me tengo que ir a Alcorcón para llegar a Madrid?? y segundo, ¿los quinquis de las escaleras mecánicas que bailan y fuman venian impuestos en el proyecto de construcción de las paradas?? Prefiero ni nombrar lo que ocurre en las inmediacciones de la Renfe, por miedo a ser apuñalado.

-Los patios de colegio tampoco son un camino de rosas. Estos reformatorios de futuros delincuentes gozan de sus propias leyes y las cicatrices son simples anécdotas. Frases como 'Te espero a la salida' o 'Te va a caer el Jimmy' (traducción: un gorila llamado Jaime coleguita mio, te va a dar la paliza de tu vida) eran muy usadas en mi época. Si los colegios eran así, imagina los instis, películas como 'El Substituto' de Robert Mandel (protagonizada por Marc Anthony en sus tiempos mozos) estuvieron basadas en ellos.

- Bares sospechosos. ¿Han entrado en un bar (usualmente regentado por marroquies o gente con rastas) que no tiene tapas o pinchos, que aún tiene el cartel de los helados Camy del año 91 y que sólo sirven botellines Mahou? ¿No? Bueno, pues os explico inocentes amigos, en ese bar tienen pedruscos de hachis como la muralla de Ávila de grandes. Suelen estar abiertos durante un par de meses a lo sumo, hasta que llega la redada, pero se reproducen como las ratas apareciendo un par de ellos por cada uno que desaparece. En estos sitios existen decenas de sinónimos de la palabra porro: peta, petardo, mcfly, hanfry, jalufo, canuto, canelo, paki, trocolo...

- Vecinos ex-heroinómanos o ex-ruteros valencianos que se han quedado tocados. Y es que estos personajillos se quedaron estancados en finales de los 80 o principios de los 90 y no pudieron evolucionar, ya fuera por demasiada mescalina en sangre o sordera parcial. Normalmente están inhabilitados para trabajar, alegando trastornos de personalidad o paranoia nerviosa. Es común cruzárteles aún en los parques de Fuenla contando anécdotas a los pokeros actuales, o vendiendo pañuelos en los semáforos de Villaverde. Pero cuidado, no confundir con el gitano de la mopa mugrienta que intenta lavarte el parabrisas, en caso de duda, es fácil reconocer a los ex-ruteros por sus comentarios 'Yo vendía pastillas en los baños de la Puzzle' o 'A ver si abren de nuevo el Spook Factory'.

- Carreras tipo The Fast and The Furious. Aquí llega el punto de decir, cuanto flipao hay por las calles. En la zona sur, es de cajón sacarte el carnet con 18 años o conducir sin ello en su defecto. Debes empezar a tunear el coche, por el cual te has hipotecado por 10 años, e intentar batir el record de watios por centímetro cuadrado. Haga frio o haga calor, la ventanilla estará bajada y el equipo de música al límite de las capacidades auditivas del ser humano para que todo el mundo sepa que eres un 'malote'. Si eres narcotraficante reconocido, lo más seguro es que un BMW de color negro este en tu posesión y que la música que compartiras con los vecinos sea flamenco psicodélico (también llamado música de gasolineras o Camela).

- Grafitis. Una costumbre en estos barrios es decorar el lugar en el que vivimos, por medio de aerosoles de colores llamados sprays. Los encargados de estos dibujitos son la tribu urbana de los raperos y skaters. Lo más fácil de ver son muñecajos multicolores siempre enseñando los dientes, la firmita del rapero en cuestión o ¿por qué no?, los típicos penes que decoran paredes, carteles y puertas de bares. Cuando era algo más joven, se solía decir que si alguien pintaba encima de otro o le tachaba o gilipolleces de ese calibre, se buscaba la ruina y no se qué movidas más, y viendo como esta el tema ahora mismo, no me extrañaría que ahora esto fuera motivo de secuestros y extorsiones.

- Todo madrileño del sur, debe tener o debe conocer a alguien que tenga un apartamento en Torrevieja o Benidorm. Hubo una época en la televisión que todo era regalar apartamentos en estas ciudades costeras, técnica satisfactoria de marketing que hizo que mucha gente comprara a posteriori. Consecuencias: movilizar la gentuza en verano, para que las zonas con mar también tengan su Móstoles particular.

- Centros comerciales. Hablemos en particular de los famosos Parquesur, Xanadu, Opcion, Tres Aguas... Jonnys y Jennys se dan cita en estas galerias de tiendas, haciendo galas de sus piercings en las cejas y labios y gastándose el dinero que les dan sus padres, roban a otros o se lo ganan en el andamio. Existe una nueva tendencia, que consiste en poner ambiente en las tiendas para los más jóvenes, con la música a todo trapo como si estuvieras en un garito, y es que cada vez que entras en el Jack & Jones, Berska o derivados te dan ganas de pedirte un cubata. Los recreativos y boleras son lugares con ul alto índice de gorrillas con chándal Nike, que se gastan unos leuros en el Time Crisis o le consiguen un peluche a 'La Vane'. Y si tenéis huevos, pasaros por un centro comercial de estos (preferiblemente Parquesur) un domingo, cuando todos los poblados chabolistas se ponen sus mejores galas e invaden sus pasillos en un acto social-McDonalslista.

Y es que en zonas donde El Pera no es una fruta, donde los puentes no son infraestructuras y donde vivir es un acto de valentia e instinto, lo mejor que se puede hacer es tomarse las cosas con humor y comodiría algún padre que otro, cuidado con las compañias con las que nos juntamos.

PD: Barrios como Villaverde, Carabanchel, Coslada, Vallecas, Pan Bendito....tienen totalmente merecido este tipo de clasificación también, pero hoy no tenía ganas de cebarme.

lunes, 15 de marzo de 2010

Series ocultas

Mucha gente critica la televisión de hoy en dia, y razón no les falta. Pero donde las mentes superficiales veían inocencia e incluso ratos educativos en las series de dibujos de antaño, yo veo cosas muy raras. Analicemos pues estos recitales de dudoso origen, que algunos lo llaman fantasia, y yo sin embargo lo llamo 'me pasé por Amsterdam, y tras ello me hice dibujante'.

¿Quién no recuerda 'Érase una vez el cuerpo...'? ¿Por qué? ¿Por qué nos quisieron hacer creer que un tio parecido a Santa Claus estaba echando 80 horas de jornada laboral en tu cerebro? Los globulos rojos (que uno sufría obesidad) se hacían el camino de Santiago para trasportar 6 o 7 putas bolitas de oxígeno, las neuronas eran unos bichos que corrian mazo(y que debian de ser los mismos actores que los espermatozoides) para darle la información al puto viejo, y por las venas corría de todo menos sangre. Lo de los glóbulos blancos era ya la polla, imitaban a policias estadounidenses barrigudos que luchaban contra los virus y bacterias que eran los malos de la película. Y por mencionar alguno más, recuerdo a una patrulla que iba en naves, que no estoy del todo seguro, pero creo que eran los anticuerpos, cosa que copiaron descaradamente el departamento de marketing de Actimel y su patrullita futurista. Pensando todo esto en frio, de niños los debíamos de tener bien puestos para no querer cortarnos las venas o abrir a tu compañero de clase en canal y descubrir que las bacterias no hablaban o que las moléculas de agua no hacian fiestas multitudinarias.

Como no tuvimos suficiente, sacaron sagas de Érase la historia, los inventos y no sé qué ostias más. Pero no nos cebemos con esto, porque tenemos muchas otras series igual de raras. ¿Qué me decis de Marco? El caso era joder. No sé a quién huevos se le ocurriría meter miedo a los niños con esta historia macabra. Cada vez que mi madre bajaba a por el pan me entraban escalofrios, ya me veía recorriendo medio mundo y lo más dificil de todo iba a ser encontrar un mono que me acompañara.

Espinete. Madre mia, aquí hay miga. En tu barrio hay un erizo gigante rosa y tú, ¿cómo te quedas? Pues yo me lo cargo a tiros, pero no, los niños de barrio Sésamo encantados. Esa bestia del infierno, con ojos paralizados daba un cague que flipas porque tenía comportamientos la mar de extraños. Lo cojonudo es que el jodido bicho se paseaba desnudo cual exibicionista durante todo el dia delante de niños y mayores, y cuando llegaba la hora de irse a la cama, el muy mamón se ponía pijama ¡flípalo! Y algún listo pensará que me he ido por las ramas, porque estaba hablando de dibujos animados. Pues es que, efectivamente, tras la aparición de la serie en vivo, luego hicieron la versión animada. Espeluznante, ¿verdad?

Luego estaba el género 'me tomo un tripi, y los animales hablan y luchan'. Las bastante conocidas Tortugas Ninja, que decidieron suavizarlo con la tonteria de ponerles nombre de pintor italiano. ¿Os acordais del maestro? Era una puta rata. ¡Madre del cielo! ¡Qué maten a esa cosa ya! Tenía su gracia que estos mutantes eran los buenos de la serie, pero, de nuevo, les dio por el exibicionismo y se paseaban como dios (o en este caso el maldito demonio) los trajo al mundo. Los dibujantes tampoco se quebraron la cabeza para diferenciarlos entre ellos, cuatro cintitas de colores y a tomar por culo, cosa que costó más de un disgusto a algún niño daltónico. Se puede tirar de la manta y arrastrar en el mismo saco a los míticos Thundercats. Estos la verdad que eran la polla, y los dibujantes se esmeraban algo más, pero si lo pensamos también acojona pensar en unos híbridos entre gato y hombre. La paranoia llegaba al límite con Los Motoratones de Marte. ¡Diosss! ¿Pero qué coño es eso? Ratas gigantes con pinta de heavys que van en moto y encima vienen de otro planeta. En la creación de estos últimos, me juego pasta a que la cocaina y las drogas de diseño estuvieron presentes.

También nos tomaron por auténticos gilipollas en varias series ochenteras. He-man por ejemplo. Estaba muy bonito toda la mierda esa de salvar el mundo y pelear contra Skeletor y sus villanos, pero ¿y el disfraz? A parte, de que el principe Adam parecía lila con ese trajecito rosa, ¿qué se pensaba? ¿que por quitarse las mallas y pillar la espada nadie le descubriría? Coño, que no somos idiotas. A posteriori también pasó, con genios como Clark Ken - Superman o con el compañero gay de Batman.

La factoria Disney también tuvo sus piradas de olla. Porque vale, fumamos un poquito de Maria y ahora los perros, ratones y patos hablan y cantan, pero... hay cosas que no cuadran. El caso de Pluto y Goofy. Si los perros bailan, estudian, van al supermercado y hacen botellón como es el caso de Goofy, ¿qué clase de discriminación le hacen a Pluto? Es el puto perro de otro perro. Eso no tiene ningún sentido, joder.

¿Y los Picapiedra? Eso más que miedo, lo que creaba era confusión. En clase de historia te contaban milongas de que cazaban mamuts, pintaban garabatos en las cuevas y follaban como conejos. Pero lo que veías en la serie era la misma tecnología que tenemos ahora pero sin zapatillas. Eso era muy raro.

Hagamos un repaso rápido a muchas otras series que nos marcaron. Te daba miedo jugar al fútbol por culpa de Oliver y Benji, pensándolo bien, era bastante probable que te dieran ataques al corazón, se te rompiera el el hombro por 10 partes o te encontraras con gitanos de la talla de Marl Lenders. Jugar al balonmano tampoco era seguro, viendo como la bola se podía convertir en un proyectil incendiado como en Bola de Dan. Era peligroso hasta jugar con plastilina, no fuera a ser que se convirtieran en Barbapapa o en moquete de los Cazafantasmas. Discusiones sobre el horóscopo tampoco eran recomendables, dado que los Caballeros del Zodiaco acechaban y daban ostias como panes. Salir al campo o al bosque era misión suicida, porque ver a David el Gnomo volando en una oca o los Pitufos preparandose una sangria tenía que ser que menos que chocante. Ir a la feria podía ser tu final, sabiendo de ante mano que el tren de la bruja en realidad era una puerta al mundo de Dragones y Mazmorras. O comprarte una mascota no sería muy inteligente si te saliera como Isidoro o Gardfield.

Y así nos podríamos pasar horas y horas. Que si un cocainómano encubierto llamado Pájaro Loco, que si osos gangosos como Yogi. Pero lo que de verdad daba cague era esa fijación que tenían todos los malos de todas las putas series por destruir el mundo. Entonces es normal que un niño no pudiera dormir tranquilo.

sábado, 6 de febrero de 2010

FRASES QUE ME JODEN

- ¿Has llegado ya?: Tras una larga noche de fiesta, llegas a casa y la voz de tu madre, te sorprende con esta preguntita. Pues claro que no mama, no he llegado, solo soy una alucinación.

- Pero, ¿aún no has acabado la carrera? A ver hijo de la gran puta, te pregunto yo con qué frecuencia cagas. Estoy intentando ser ingeniero, y ya sé que en turismo sacáis una media de notable por examen. Pero también es verdad que yo me podría sacar tus asignaturas en los descansos de entre clase y clase.

- ¿Cuánto bebiste ayer? Típica pregunta de familiar a la hora de la comida del día de resaca. Pues hasta el agua de los charcos, ¡¡joder!! Yo que sé, si no me acuerdo ni de la mitad de la noche, como para recordar lo que bebí.

- Me duele más suspenderte a mí que a ti. ¡Ja! ¡Y unos huevos como edificios de gordos! Tú, docente que tienes 500 alumnos y que no conoce ni al 2%, te va a doler suspenderme, si acaso te molesta tener que hacer otro examen para septiembre, pero al que le acaban de meter un palito por el culo es a mí.

- Te quiero…como amigo. Pues cómprate un perro o vete de campamento, pero no me vengas con éstas ahora, después de haberte regalado hasta mi alma y esperado el momento justo para un ¡zas, en toda la boca!

- Señor Sánchez, hemos perdido su maleta. ¿Ahh si? Gracias por decírmelo, pero ya lo había imaginado, después de ver 5 tandas de equipaje rodando por la cinta. ¿Ahora que se supone que tengo que hacer? ¿Escribir una reclamación para que la usen de papel higiénico? Prefiero echarme unas risas y ahogar las penas en el alcohol.

- Son 50 céntimos, señor. ¿Qué tengo que pagar por mear? Venga no me jodas. Podría mear en cualquier esquina de la estación o en el parque, pero he tenido la decencia de venir hasta aquí, para que usted, vieja gorda maloliente, me diga que la tengo que dar parte de mi sueldo por una micción. Al final los pagas, por miedo a que la vejiga explote.

- Con zapatillas no puede entrar caballero. Pero, y ¿ese de ahí? Mis amigos están dentro. De acuerdo gorila sin cuello, pero que sepas que no entro porque no quiero.

- Bueno, no pasa nada, la siguiente seguro que apruebas. No, no y jodidamente no. Sabes perfectamente que la siguiente tampoco voy a aprobar, porque esta asignatura del infierno no sé quién cojones se la ha inventado, porque no soy capaz de entender ni siquiera su título: Teoría de autómatas y lenguajes formales.

- Tenemos que hablar… Mensajito de la novia o directamente llamadita con la frase. ¿Ahh si? ¿Y de qué? Porque que yo sepa, ya lo sabes todo de mi, vampira chupasangre que no me deja ni un momento tranquilo.

- Hoy salimos de tranquis. Sabes que no. No te engañes, ni intentes engañarme a mí. Después de la primera copa, va la segunda, y después la tercera. Así que, no hay que saber mucha álgebra lineal para saber que te vas a dejar medio sueldo en copas.

- Compi ¿tienes un euro? (variante valida con piti). Típica frase de gitano del sur de Madrid, para iniciar el intento de robo o hurto. Mira flamenquito de los cojones, no fumo y los euros me los guardo para mí, así que metete esa voz ronca y chunga por donde te quepa, porque no te voy a dar ni la hora.

- ¿Quieres pastis, farlopa, m? Te he preguntado yo si quieres ir a la cárcel camello cabrón. Pues entonces déjame tranquilo, que yo con mis cubatas tengo bastante y paso de pagar 50 euros para que me den tiza con gelocatil.

- Buenos días, le llamo desde Jazztel. Buenos días, ¡¡noooo!!! Es la puta hora de la siesta maldita teleoperadora cansina. No me interesa una mierda lo que me ofrezcas, porque no quiero ni siquiera escucharlo, ¡estoy durmiendo! Y por favor, ahórrate la llamadita mañana, o aprovecha para llamar a la familia en Ecuador.

- Cuidado con el escalón. ¡Serás mamón! Porque me lo dices cuando tengo los dientes clavados en el parqué. Es más, que sentido tiene colocar un escalón en una discoteca en la que sabes que la gente va ciega.

- Tardo 5 minutos. O te riges por el calendario maya o mi reloj se ha tomado un RedBull, porque llevo esperándote 45 señores minutitos. Por tanto, o llegas ya, o empiezo los cubatas yo sólo.

- Me gustaría ayudarte, pero…Pues si te gustaría ayudarme, ayúdame, cabronazo insolidario. No busques excusas de mierda como, es que tengo prisa, me tengo que ir a misa, es toy muy cansado para esto o mañana, no te preocupes que lo apañamos. Sabes que no.

lunes, 25 de enero de 2010

Cole de los 90

Antes de servir de conejillos de indias en la E.S.O., los que nacimos a mediados de los 80, tuvimos que forjar nuestra personalidad en un micromundo lleno de características posiblemente sólo entendibles por los que vivieron la misma época. Los padres lo llamaban El Colegio.

Todo tipo de seres mitológicos se dan cita en la escuela. Normalmente había la clase A y la B, pero en cursos superiores se iría incrementando el número de alumnos (incluso aulas, C, D y sucesivos) dado los temidos repetidores. Esos abusones solían robar el bocadillo en el recreo al pringadete de turno o hacer las mejores putadas a profesores o compañeros en clase. En toda fauna que se digne, existía ese niño con el parche en el ojo, que aunque fuera inofensivo a mi me daba un miedo de pelotas. Con 7 años, esperabas que cualquier dia ese niño pirata trajera el sable y liara un motín, por tanto no era mucho de fiar. También estaba la niña que se comía el pegamento y/o las gomas de borrar o los clásicos como el mariquita que jugaba al volleybol en Gimnasia, el pelota de la profe que por supuesto no tenía amigos, la chica que no hablaba (se comentaba que era una androide) o el que era un crack al fútbol y por supuesto malo en Matemáticas.

'Bullying', que según la definición de wikipedia es una especie de tortura, metódica y sistemática, en la que el agresor sume a la víctima, a menudo con el silencio, la indiferencia o la complicidad de otros compañeros. ¿Pero qué cojones nos cuentan a estas alturas? Por aquellos años eso era el pan de cada dia de muchos y donde la ley del más fuerte reinaba. Si te chivabas, eras un gallina y un soplón, asi que la técnica era devolver la putada en el momento más inesperado. En el patio los mayores (la gentuza de 7º y 8º) se aprovechaban y ocupaban todas las pistas de fútbol y baloncesto y además jugaban con balones de reglamento y tiraban a trayón. Aún así era divertido jugar en el barro o incluso ver como acontecian 4 partidos de futbito en la misma pista. No tenía precio ver 4 o 5 porteros en la misma portería, y siempre solían ser gordos, no me digas por qué.

Las leyendas urbanas también tenían cabida en alguna puta mente que intentaba asustar a los niños con historias sin ningún tipo de fundamento. ¿Quién no ha oido la del hombre que da droga en la puerta? ¿Le habeis visto alguna vez? En la puta vida joder, lo más parecido eran los marroquies, pero en la puerta de los instis y por supuesto no la daban, vendian hachis con clientes conscientes y fieles. Luego estaban las catastróficas, en las cuales todo daba cáncer: las calcamonias daban cáncer, los cromos del Barça, los minichupetes de plástico de colores... Y recuerdo las que tenían diversas variantes, como la del grifo de la izquierda del baño de los chicos tiene un moco (y también da cáncer por supuesto), el conserje es un alienígena, hay hormigas muertas en los flanes de huevo del comedor... Y es que las conversaciones de la gente que nos juntábamos por allí eran de lo más imaginativo, pero se podía preveer después de ver lo que echaban en la tele por las mañanas: desayunando con Dragon Ball y Oliver y Benji, llegabas al cole y te creias el invencible Goku y les contabas a tus compis milongas que hasta tú te creias sobre tus nuevos poderes adquiridos mientras dormias. Por cierto Oliver y Benji se llamaba Campeones aunque medio planeta no lo sepa, y los Fruitis empezaron a ser una verdadera comida de olla cuando me empecé a preguntar que pintaba un puto cáctus entre tanta frutita. Podemos clasificar otro tipo de leyendas, que se creaban diaramente donde los protagonistas eran nuestros padres. Y si no, quién no recuerda 'Pues mi padre es más fuerte que el tuyo', 'Pues mi padre caza jabalis de 2 toneladas'....a lo que ahora que soy mayor podría responder con crueldad '¿Ahh si?? Pues mi padre se folló a tu madre hace 8 años, asi que mira a ver si no estamos hablando de la misma persona'. Por cierto hubo un anuncio de seguros (no me acuerdo si Santa Lucia o alguna mierda de esas) que quemó estas competiciones, con el 'Todo, todo y todo', madre mia que niña más repelente.

El aula no era para nada divertida, y cualquier excusa para salir de ella era bienvenida. Los docentes organizaban excursiones 'culturales' para que desfogasemos un poco. Porque la verdad sea dicha, a un niño de 10 años le importa más o menos una mierda los cuadros del Prado. Asi que el Ministerio de Educación debe ser consciente que de lo único que servía es para pasar un ratejo con los amigos y las chuches que te comprabas antes de salir, en un hábito de socialización, que años más tarde derivaría en el botellón. La otra forma de salir del aula era cuando te echaban de ella. Yo era un verdadero experto en conseguirlo, bastaba tocarle un poco la moral a la profesora o pegar a tu compi de mesa y ya te mandaban al pasillo. Cuando algún colega estaba involucrado estaba bastante entretenido porque te podias echar todas las risas e incluso una partida de canicas, pero cuando eras tú el único maldito desgraciado, podias limitarte a contar las gotas de gotelé de la pared o firmar en los espejos de los baños (a no ser que la mafia de 8º estuviera echándose unos pitis claro). Si se te iba de las manos un poco, el jodido maestro escribía una carta y hacia que la llevaras a casa para que la firmaran tus padres, contándoles lo bastardo que eras y todas esas cosillas. Pero lo más curioso del tema, es que eras tan obediente que lo hacías, con lo fácil que hubiera sido hacer un garabato y decir 'Si si, mis padres ya lo han leido y firmado, y están muy enfadados conmigo' y luego reirte por dentro de ese cerdo barrigudo. Teníamos también otras formas de evadir las lecciones. La escusa de los simulacros consistía básicamente en perderte media horita de Conocimiento del Medio, pero aún más grave era cuando los de 7º tenían examen de Inglés y hacian la jodida llamada de aviso de bomba, ahi ya se iba todo a la mierda y directamente te mandaban a tu puta casa. Unos cuantos minutitos también se podian perder en los enjuagues de flúor masivos que se pusieron de moda en muchos colegios de la zona.

El mobiliario de estas áreas educativas, mal llamadas colegios (perfectamente correccionales incubiertos), parecian sacados de una peli de Tarantino. ¿De qué puta fábrica sacaban esas grotescas maderas verde pálido que duraban décadas? Multitud de escritos yacian en esas mesas, 'Juan corazón Maria', los nombre de planetas para el examen de ciencias o el tipico pene gigante (y con bello púbico). Tú no jodias las mesas, las decorabas aún más, ya fuera con boligrafo o con algo más efectivo como el compás. El corcho, que supuestamente era un punto de información, también sufría la cólera de los grafitis más ocurrentes.

Las horas en clase se intentaban pasar de la mejor manera posible. Yo solía rellenar cada espacio en blanco que tenían los libros con dibujos de diversa índole, o fomentar el uso de notitas informativas o simplemente con gilipolleces que tirabas a tu compañero. A veces eran en plan 'Me mola Crsitina', o comentabas el show de Xuxa de la tarde anterior o peor aún el de ese intento fallido de la versión española, ¿cómo se llamaba? asiiii, Leticia Sabater. Estas notitas fueron los origenes de lo que ahora conocemos como Chat. Pero sería por pasatiempos, cuando te convertias en el propio MacGyver e inventabas cualquier dispositivo con proyectiles ya fueran metálicos, gomas de borrar o tus propios escupitajos; el objetivo era bien sencillo, joder al prójimo.

Luego, digamos que un 10% de cada clase sufrirían desde pequeños lo que ahora se llama desnutrición. Esto era debido a no poder ir a casa a comer porque tus padres curraban (o pasaban de ti) y no tenías más pelotas que enfrentarte a ese espectáculo culinario del Comedor. Damas y caballeros, lo que se come allí simplemente no es comida. Esos pures, esos filetes de carne de hurón, ese pescado que llevaría congelado décadas, esos yogures de marca Dia. Toda tu astucia entraba en combate para deshacerte de toda esa mierda: echarle más a tu compi cuando se despistaba, fingir ataques de orina para tirar por el retrete esa bola de ¿merluza seca y con espinas?, usar las cucharas de catapultas... Pero tio, si te cazaba alguna cuidadora tocahuevos, estas literalmente condenado a pasarte el recreo enfrente de ese asqueroso plato. En ese punto una prueba de resistencia tenía lugar, manteniéndote firme en tu huelga de hambre, y por más que la señorita Rottermaier se creyera que te lo ibas a comer, siempre sonaba la campana para salvarte (me ahorraré aquí un chiste de Zack Morris o Kelly Kapowski) y tirar millas a las lecciones de por la tarde.

Pero lo que sin duda me gustaba más era el dia de las notas. Las futuras cajeras del Carrefour (por aquel entonces Pryca o Continente), y los futuros mecánicos del Midas temían esa fecha, al ver plasmado en un folio más Insuficientes (los llamaban 'NM: Necesita Mejorar') que en una prueba de coeficiente intelectual a Dinio. Yo era de los normalitos, no era dificil sacar unos cuantos 'Destaca' y el gracioso 'PA: Progresa Adecuademente', y con esto ya tenías contentos a tus padres e incluso caía algún regalito por buenas notas. Todo era gloria cuando Plástica o Religión eran asignaturas y los trabajos eran resúmenes de librillos de 90 páginas que se debían hacer a mano y customizar tu propia portada con esas Plastidecor.

Y por último, el fin de curso, con esa fiesta hasta las tantas (quiero decir las 10, 11 de la noche), que consistía en desinhibirse con globos de agua o bailando con la profesora de 57 años. Te despedias de los compañeros como si te fueras a escalar el Everest y te metias los veranos de tu vida. No sé a vosotros, pero mis veranos con 8 años no parecían tener fin. A veces no te aislabas totalmente de los estudios, y hacias algo productivo con esos cuadernillos 'Rubio' o las 'Vacaciones Santillana' ( o a ver si os acordais de los 'Micho') que no hacian más que permitir a tus padres que no tocaras los huevos el rato de la siesta.

Y así transcurrió la infancia de muchos niños que ahora tendrán entre 25 y 30 años y estarán en la oficina pensando, joder y si pudiera ahora ir al patio a jugar a Liebre.