Existen puntos de inflexión en la vida, que casi todo el mundo ha sufrido para bien o para mal, y no son otros que los malditos exámenes.
La vida del estudiante universitario transcurre plácidamente y es maravillosa, hasta que llegan esas fechas fatídicas y funestas de Febrero, Junio y Septiembre. Días, que casualmente, siempre coinciden de pleno con la fiesta regional de tu pueblo o con el cumpleaños (y respectivo botellón) de tu mejor amigo (que por supuesto tienes 79 mejores amigos, lo que no es raro, que las fechas coincidan entonces).
Describamos pues, las fases a las que un pobre alumno debe enfrentarse.
Primero llega la fase de recopilación de apuntes. Has faltado al 90% de las clases y a las pocas que fuiste estabas fumado, por tanto tus apuntes de Álgebra se resumen en 4 folios llenos de dibujos sin sentido, el intento de una ecuación diferencial con resultado muy diferente al deseado, el folleto publicitario de la última fiesta en Moncloa y 2 folios de indescifrable contenido dada la mancha de calimocho que los cubre. Intentas por todos los medios hacerte con las mejores fotocopias, que todo el mundo tiene, pero que nadie ha hecho. Misterios de la universidad: ¿de dónde salen los apuntes de Cálculo II con resultados acertados? Finalmente el taco de 600 hojas que has recopilado es lo más parecido a un libro de visitas de cualquier albergue de Bratislava. Pero tu tienes dos cojones, y te pones a ello...acabas de darte cuenta que no entiendes la caligrafía...pero, ahí! con dos pelotas, tus dotes de criptología empiezan a surgir.
Bien, primera prueba superada, ya tienes el material necesario para ponerte a estudiar. Ahora viene lo realmente difícil, leer y comprender (o memorizar), es decir, lo que viene siendo estudiar. Tu compromiso con el estudio no esta del todo claro y lo pospones tantas veces sea necesario, llegando siempre al límite de dias (Frase típica: 'con un dia más...hubiera aprobado'). Tu capacidad de concentración suele ser insuficiente o directamente nula. En la biblioteca te distraes con los sonidos de tacones cercanos o echándote unas risas con tus colegas, y en casa, internet te puede o los viajes a la nevera empiezan a ser paranoicos (la abres una y otra vez, creyendo encontrar algo nuevo).
Finalmente y con un poco de amor propio, logras ponerte manos a la obra y tu cerebro empieza a analizar y almacenar datos, que no te importan un carajo, pero que por alguna estúpida razón a tu profesor le encantan y te los meterá con todo su cariño en el temido examen. Te das cuenta que meterte Electrónica II, Arquitectura de redes, Matemática Discreta, Ingeniería del Software y Inteligencia Artificial en una sola convocatoria, supera tus capacidades, así que abandonas al menos 2, con esa utópica frase de 'Bahhh, esta en septiembre la apruebo'. Te centras en digamos 3 o 4 asignaturas (estoy hablando de Ingenierías señores...así que, que no me toquen los huevos los de Turismo o Magisterio) y te metes un mes luchando con errores de compilación y resultados sin sentido.
Se acerca la fecha de que te abran el esfínter, y por supuesto, no tienes nada claro que vayas a aprobar, es más, te sorprendería saber algo en el examen. Tu cabeza ha asimilado tanta cantidad de mierda abstracta que no eres capaz de ordenarla, aun así, sigues empeñado en ir al examen y ver que sucede.
Llega el momento, el dia de la jodida prueba de conocimiento. Saquen confeti, trompetillas y aplaudan, porque el espectáculo circense esta asegurado. Para algunas asignaturas incluso has tenido la decencia de preocuparte y hacerte unas chuletas, o apuntes de apoyo, como yo los solía llamar, pero para otras ni siquiera eso te salvará, dado que puedes llevar tantos apuntes y libros como quieras, porque la respuesta no estará en ninguno de ellos...macho, ¡estás jodido!
El rebaño de gente se aglotina en la entrada del aula, cual judíos en épocas hitlerianas. Sabes que te van a meter una estaca por el trasero, pero ahí sigues con el sudor frio recorriendo tu frente y esa cara de cordero degollado. Se escuchan cantidad de comentarios de diversa índole, '¿te has leido el tema de termodinámica?', '¿eso entraba?', 'creo que si', 'vale, me voy a la cafetería, no tiene sentido entrar'. Observas a tu alrededor y ves gente que podría ser tu padre o tu abuelo, con lo que piensas en la cantidad de años que te vas a tirar tragando mierda.
El profesor, que en clase iba de buen rollo, el dia del examen, te mira con odio y desprecio y te entrega 6 folios y la hoja de las preguntas. ¿6 folios??? ¿3 horas y media de examen??? Madre de mi vida, me lo sé tan bien, que me sobran 5 folios y 3 horas. Después de escribir tu nombre (a veces es mejor ni escribirlo), empiezas a jugar con el boli. Sabes que no tienes ninguna oportunidad de aprobar tras haber leido las 5 preguntas. Dos ni te suenan, una es justo el tema que te habías dejado 'por si no entra', y las otras dos, bueno...vamos a ello! Eres consciente de que estas mintiendo, no sabes nada, el ejercicio debería ocupar 2 hojas y tu has sacado el resultado en dos cuentas (y encima con los dedos), la gente se echa las manos a la cabeza, los primeros huyen sin temor a represalias, pero los más valientes se quedan a darle unas vueltas mas al puñado de hojas (las preguntas no van a cambiar por arte de magia, pero tu lo intentas). Tras media hora, tus conocimientos no llegan a más, y lo que resta de tiempo lo dedicas al intento de plagio. Uno de los problemas, es que casi todo el mundo está en la misma situación que tú, por tanto, la copia puede ser infructuosa, o por el contrario el empollón de turno tiene bien situados los codos para evitar que se te escape una 'miradita'.
Examen terminado, cabeza como un bombo y conocimiento de que te acaban de dar bien por el culo. Sabes que has suspendido, pero siempre tienes la mínima esperanza, '¿como te ha salido?', 'En la brecha como siempre, de 4 a 5'. Suelen darse también unos sujetos bastante molestos que salen diciendo 'ufff que difícil, he suspendido seguro', con la posterior matricula de honor o notable alto en su defecto. Si por mi fuera, les arrancaba la cabeza de cuajo y luego les mearía, no intentes solidarizarte conmigo, tengo asumido mi suspenso, no hace falta que tu asumas uno falso.
Fase de depresión post examen. 'Tenía que haber estudiado más', 'El profesor me tiene manía','La próxima seguro que apruebo'. Seguidamente procedes a ahogar las penas en la cafetería jugando al mus y tomando un calimocho. El palo que les han dado a tus amigos, es igual que el tuyo, por tanto la consolación esta asegurada: 'A pagar el doble de matricula el año que viene',' Me cago en mi puta vida',' Chicos, yo me abro de esta mierda de carrera'.
Si no has tenido suficiente durante todo el dia, todavía llegan tus inocentes padres, al llegar a casa y te preguntan por el cabrón del examen. ¿Examen?, ¿qué examen? Momentos de negación y de evasión de la realidad se dan cita en la verbena. 'No sé mama, a ver si hay suerte'.
Todo este proceso se repetirá tantas veces como quieras, es decir, cuantos exámenes te presentes. Y tras este periodo, llega uno más gracioso todavía, el dia que ponen las notas y las grotescas reclamaciones. Hay gente que pasa olímpicamente de mirar su nota '¿para qué?', 'Paso' o 'Que le den por culo', suelen ser las frases más usadas en estos instantes de dolor emocional. Tú tienes los cojones hinchados, así que, chequeas tu nota...yyyy....¡4,3!!! ¡al pozo!
Si quieres que la humillación llegue a límites insospechados, puedes asistir a otro espectáculo digno de reality, la reclamación. Un cara a cara con el/la profesor/a, que acabará con un cabreo innecesario y gritos blasfémicos asaltarán tu boca. 'Me duele a mi más suspenderte que a ti' ‘¡¡y unos cojones como un buque de grandes maldita zorra cuarentona!!!’ Suspéndeme, pero no te mofes en mi puta cara, por favor. Casos de 4,8 han llegado a portadas de periódicos locales y a suicidios colectivos
Y es así como después de haberte quemado las pestañas a estudiar Teoría de Autómatas, has sacado un triste 2,5 y como tu compi de Magisterio de Educación Física, ha obtenido un 9 por tocarse las pelotas a dos manos y saltar a la comba a la pata coja.
Preguntas como, '¿pero todavía no has acabado la carrera?' nunca se le deberían de formular a un ingeniero. 'No, maldita sea no!, no la he acabado y no sé cuando lo haré!'
Pero bueno, merece la pena sufrir 3 veces al año, mientras el resto del curso tomas el sol en el césped a ritmo de batucada.
La vida del estudiante universitario transcurre plácidamente y es maravillosa, hasta que llegan esas fechas fatídicas y funestas de Febrero, Junio y Septiembre. Días, que casualmente, siempre coinciden de pleno con la fiesta regional de tu pueblo o con el cumpleaños (y respectivo botellón) de tu mejor amigo (que por supuesto tienes 79 mejores amigos, lo que no es raro, que las fechas coincidan entonces).
Describamos pues, las fases a las que un pobre alumno debe enfrentarse.
Primero llega la fase de recopilación de apuntes. Has faltado al 90% de las clases y a las pocas que fuiste estabas fumado, por tanto tus apuntes de Álgebra se resumen en 4 folios llenos de dibujos sin sentido, el intento de una ecuación diferencial con resultado muy diferente al deseado, el folleto publicitario de la última fiesta en Moncloa y 2 folios de indescifrable contenido dada la mancha de calimocho que los cubre. Intentas por todos los medios hacerte con las mejores fotocopias, que todo el mundo tiene, pero que nadie ha hecho. Misterios de la universidad: ¿de dónde salen los apuntes de Cálculo II con resultados acertados? Finalmente el taco de 600 hojas que has recopilado es lo más parecido a un libro de visitas de cualquier albergue de Bratislava. Pero tu tienes dos cojones, y te pones a ello...acabas de darte cuenta que no entiendes la caligrafía...pero, ahí! con dos pelotas, tus dotes de criptología empiezan a surgir.
Bien, primera prueba superada, ya tienes el material necesario para ponerte a estudiar. Ahora viene lo realmente difícil, leer y comprender (o memorizar), es decir, lo que viene siendo estudiar. Tu compromiso con el estudio no esta del todo claro y lo pospones tantas veces sea necesario, llegando siempre al límite de dias (Frase típica: 'con un dia más...hubiera aprobado'). Tu capacidad de concentración suele ser insuficiente o directamente nula. En la biblioteca te distraes con los sonidos de tacones cercanos o echándote unas risas con tus colegas, y en casa, internet te puede o los viajes a la nevera empiezan a ser paranoicos (la abres una y otra vez, creyendo encontrar algo nuevo).
Finalmente y con un poco de amor propio, logras ponerte manos a la obra y tu cerebro empieza a analizar y almacenar datos, que no te importan un carajo, pero que por alguna estúpida razón a tu profesor le encantan y te los meterá con todo su cariño en el temido examen. Te das cuenta que meterte Electrónica II, Arquitectura de redes, Matemática Discreta, Ingeniería del Software y Inteligencia Artificial en una sola convocatoria, supera tus capacidades, así que abandonas al menos 2, con esa utópica frase de 'Bahhh, esta en septiembre la apruebo'. Te centras en digamos 3 o 4 asignaturas (estoy hablando de Ingenierías señores...así que, que no me toquen los huevos los de Turismo o Magisterio) y te metes un mes luchando con errores de compilación y resultados sin sentido.
Se acerca la fecha de que te abran el esfínter, y por supuesto, no tienes nada claro que vayas a aprobar, es más, te sorprendería saber algo en el examen. Tu cabeza ha asimilado tanta cantidad de mierda abstracta que no eres capaz de ordenarla, aun así, sigues empeñado en ir al examen y ver que sucede.
Llega el momento, el dia de la jodida prueba de conocimiento. Saquen confeti, trompetillas y aplaudan, porque el espectáculo circense esta asegurado. Para algunas asignaturas incluso has tenido la decencia de preocuparte y hacerte unas chuletas, o apuntes de apoyo, como yo los solía llamar, pero para otras ni siquiera eso te salvará, dado que puedes llevar tantos apuntes y libros como quieras, porque la respuesta no estará en ninguno de ellos...macho, ¡estás jodido!
El rebaño de gente se aglotina en la entrada del aula, cual judíos en épocas hitlerianas. Sabes que te van a meter una estaca por el trasero, pero ahí sigues con el sudor frio recorriendo tu frente y esa cara de cordero degollado. Se escuchan cantidad de comentarios de diversa índole, '¿te has leido el tema de termodinámica?', '¿eso entraba?', 'creo que si', 'vale, me voy a la cafetería, no tiene sentido entrar'. Observas a tu alrededor y ves gente que podría ser tu padre o tu abuelo, con lo que piensas en la cantidad de años que te vas a tirar tragando mierda.
El profesor, que en clase iba de buen rollo, el dia del examen, te mira con odio y desprecio y te entrega 6 folios y la hoja de las preguntas. ¿6 folios??? ¿3 horas y media de examen??? Madre de mi vida, me lo sé tan bien, que me sobran 5 folios y 3 horas. Después de escribir tu nombre (a veces es mejor ni escribirlo), empiezas a jugar con el boli. Sabes que no tienes ninguna oportunidad de aprobar tras haber leido las 5 preguntas. Dos ni te suenan, una es justo el tema que te habías dejado 'por si no entra', y las otras dos, bueno...vamos a ello! Eres consciente de que estas mintiendo, no sabes nada, el ejercicio debería ocupar 2 hojas y tu has sacado el resultado en dos cuentas (y encima con los dedos), la gente se echa las manos a la cabeza, los primeros huyen sin temor a represalias, pero los más valientes se quedan a darle unas vueltas mas al puñado de hojas (las preguntas no van a cambiar por arte de magia, pero tu lo intentas). Tras media hora, tus conocimientos no llegan a más, y lo que resta de tiempo lo dedicas al intento de plagio. Uno de los problemas, es que casi todo el mundo está en la misma situación que tú, por tanto, la copia puede ser infructuosa, o por el contrario el empollón de turno tiene bien situados los codos para evitar que se te escape una 'miradita'.
Examen terminado, cabeza como un bombo y conocimiento de que te acaban de dar bien por el culo. Sabes que has suspendido, pero siempre tienes la mínima esperanza, '¿como te ha salido?', 'En la brecha como siempre, de 4 a 5'. Suelen darse también unos sujetos bastante molestos que salen diciendo 'ufff que difícil, he suspendido seguro', con la posterior matricula de honor o notable alto en su defecto. Si por mi fuera, les arrancaba la cabeza de cuajo y luego les mearía, no intentes solidarizarte conmigo, tengo asumido mi suspenso, no hace falta que tu asumas uno falso.
Fase de depresión post examen. 'Tenía que haber estudiado más', 'El profesor me tiene manía','La próxima seguro que apruebo'. Seguidamente procedes a ahogar las penas en la cafetería jugando al mus y tomando un calimocho. El palo que les han dado a tus amigos, es igual que el tuyo, por tanto la consolación esta asegurada: 'A pagar el doble de matricula el año que viene',' Me cago en mi puta vida',' Chicos, yo me abro de esta mierda de carrera'.
Si no has tenido suficiente durante todo el dia, todavía llegan tus inocentes padres, al llegar a casa y te preguntan por el cabrón del examen. ¿Examen?, ¿qué examen? Momentos de negación y de evasión de la realidad se dan cita en la verbena. 'No sé mama, a ver si hay suerte'.
Todo este proceso se repetirá tantas veces como quieras, es decir, cuantos exámenes te presentes. Y tras este periodo, llega uno más gracioso todavía, el dia que ponen las notas y las grotescas reclamaciones. Hay gente que pasa olímpicamente de mirar su nota '¿para qué?', 'Paso' o 'Que le den por culo', suelen ser las frases más usadas en estos instantes de dolor emocional. Tú tienes los cojones hinchados, así que, chequeas tu nota...yyyy....¡4,3!!! ¡al pozo!
Si quieres que la humillación llegue a límites insospechados, puedes asistir a otro espectáculo digno de reality, la reclamación. Un cara a cara con el/la profesor/a, que acabará con un cabreo innecesario y gritos blasfémicos asaltarán tu boca. 'Me duele a mi más suspenderte que a ti' ‘¡¡y unos cojones como un buque de grandes maldita zorra cuarentona!!!’ Suspéndeme, pero no te mofes en mi puta cara, por favor. Casos de 4,8 han llegado a portadas de periódicos locales y a suicidios colectivos
Y es así como después de haberte quemado las pestañas a estudiar Teoría de Autómatas, has sacado un triste 2,5 y como tu compi de Magisterio de Educación Física, ha obtenido un 9 por tocarse las pelotas a dos manos y saltar a la comba a la pata coja.
Preguntas como, '¿pero todavía no has acabado la carrera?' nunca se le deberían de formular a un ingeniero. 'No, maldita sea no!, no la he acabado y no sé cuando lo haré!'
Pero bueno, merece la pena sufrir 3 veces al año, mientras el resto del curso tomas el sol en el césped a ritmo de batucada.
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